martes, 18 de marzo de 2014

Arquitectura Popular Extremeña. La casa.

Al referirnos a la casa extremeña popular, debemos tener en cuenta que hay que distinguir las viviendas provisionales extremeñas: chozos o bujardas que hemos trabajado con anterioridad y casas propiamente dichas. 

También hay que distinguir los distintos tipos de construcciones en función de su localización geográfica (no es igual una vivienda del valle de las Hurdes, que de la Siberia Extremeña o de Tierra de Barros. Aunque guarden algunas similitudes son diferentes en cuanto al plano de la vivienda o los materiales empleados). Por último, debemos distinguir las casas en función de la posición económica de las familias que las habitaban (Las enormes casas señoriales propias de Zafra o de Jerez de los Caballeros,…, poco tenían que ver con las casas de la mayor parte de la población.



En la zona de Barros había varios tres tipos de viviendas, en función de la capacidad económica de sus habitantes: El modelo más simple lo muestra la casa de bracero agrícola. Consta de una sola planta, sin sobrado, dividida internamente en dos crujías, como siempre paralelas a la fachada, y con un paso central, ancho, cuyo espacio en la primera crujía sirve de zaguán. A los lados del paso se disponen la sala y las alcobas, comunicándose las de la segunda crujía con las de la primera, y no con la cocina. 

El segundo modelo, la casa del labrador, Suele llevar cuatro crujías y paso central. Los laterales de las dos primeras crujías se dedican a sala y alcobas. Sobre esta parte va el doblado. Las otras dos crujías sin subdivisiones. La tercera es una sala y de ella parte la escalera del doblado y la cuarta se dedica a cocina. Detrás el corral, el tinaón o cobertizo y las cuadras. 

El tercer modelo pertenece a las clases más elevadas, generalmente terratenientes. Es una casa de enormes proporciones comparada con las anteriores. Lleva igualmente varias crujías y paso central compartimentado en zaguán, estancia, cocina y paso propiamente dicho. Toda la vivienda se cubre con bóvedas de ladrillo. El doblado tiene una gran importancia, suele ser muy elevado y muestra unos grandes arcos de medio punto sobre los muros de carga para sostener la techumbre de la casa. El corral es, también, otro espacio económico, pues en él aparecen las cuadras, los cobertizos, la bodega de vino, el lagar, etc. Precediendo al corral, y junto a la casa, está el patio cerrado por un murete de celosía de ladrillo. Externamente, este modelo de casa se destaca por su mayor volumen y por la utilización de materiales más costosos o por la introducción de motivos decorativos.

UTILIDAD DE LA VIVIENDA:

Para hablar de arquitectura de interior, antes tenemos que hablar de los modos de vida que en la casa se llevaban. Esta tenía una doble función, para vivienda y como centro de trabajo. Se tenía que dar cobijo a la familia, a los animales, a los aperos de labor y al almacenaje del grano, es decir, la convivencia era mutua y todo esto sin pensar en normas higiénicas y de salud. Los animales más frecuentes eran: burros, mulos y caballos que ejercían tareas de tiro para la preparación de la tierra y acarreo de la cosecha. Como animal para la alimentación: el cerdo, apreciado por su rentabilidad, ya que con la matanza se conseguían productos de consumo inmediato, a corto, medio y largo plazo, obteniéndose parte del alimento necesario para las familias.

ESTRUCTURA Y MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN:

Estructuralmente, todas las viviendas se subdividen en varios muros de carga, siempre paralelos a la fachada, que las distribuyen en crujías o naves: su número dependerá de la situación socioeconómica de la familia. Un corredor o paso, central o lateral, siempre perpendicular a la fachada y a las crujías, corta los muros de carga y se convierte en el eje de distribución de la casa. A sus lados se disponen las diferentes estancias y funciones de la misma. El paso a veces se encontraba empedrado con cantos rodados porque en las casas que no tenían puerta falsa de acceso a la cuadra o al corral  los animales tenían que pasar por el paso y  el zaguán y con las piedras no resbalaban. Tratándose de muros interiores lo normal en la planta baja es la utilización de mampostería, siendo de casi un metro de espesor, ya que tenían que aguantar todo el peso de la casa.
A medida que ascendemos los muros se estrechan, ganan altura y aligeran peso, para ello empleaban el adobe y el ladrillo. La casa, al ser individualizada las cargas se ejercían sobre las paredes linderas y maestra central, de esta manera se evitaba más de un conflicto vecinal. Además con la utilización de la roca madre, el granito, los cantos, la pizarra, la madera, la cal y la arena construían las llamadas viviendas bioclimáticas (tan de moda hoy) todos ellos materiales nobles y naturales. Muros gruesos y ventanas pequeñas evitaban la entrada de calor y frío, mantenían la temperatura ideal en cada estación, y lo más importante, dejaban respirar a la vivienda.
La fachada estaba enlucida y las ventanas enrejadas, con dinteles en ladrillo o granito. Algunas ventanas tenían tejadillos con techo de teja y algunas fachadas tenían un zócalo de proyectado de cemento o de azulejo. Este zócalo alto se extendía en muchas casas al paso y a los patios, con clara influencia andaluza en su decoración.
Fachada.

DISTRIBUCIÓN:

La distribución más común se hacía en dos alturas. La planta baja se destinaba al aposento familiar, recogida de animales y aperos, la segunda, utilizada para el desarrollo diario culinario, de reunión y almacenamiento de productos agrícolas.
Distribución.

SUELOS:
Suelos de peña madre para el zaguán, el pasillo y la bodega, en este caso se le hacían unas estrías, de esta manera evitaban caídas a los animales y a los moradores. Lajas de pizarra para la cocina, lanchas de granito para las escaleras y zaguán, ladrillo para arcadas, bóvedas y cuartos, cal y arena para alcobas y excepcionalmente baldosas para salas. Empedrado de guijarros o cantos rodados para el paso, el corral y la cuadra.
Suelo empedrado.

Suelo de lajas de pizarra.

BÓVEDAS Y TECHUMBRES:

El espacio que queda entre los muros es cubierto por la bóveda, para ello el zaguán, la sala y la alcoba se cubrían de arista, produciéndose ésta por el cruce perpendicular de dos de cañón. La de cañón, es originada por el desplazamiento de un arco de medio punto a lo largo de un eje longitudinal, ésta era empleada en cuadras. Para el pasillo, la escalera y la bodega la de medio cañón. Estos tipos de bóvedas eran utilizadas en la planta baja, correspondiendo la parte delantera al cuerpo de casa y la trasera a la ganadera.
La planta alta se cubría con entramado de chilla, cañizo o jara, de esta manera la techumbre estaba inclinada, y podía ser a una o dos aguas, perteneciendo el paño delantero a la cocina y cuartos y el trasero a las trojes y el pajar.
Bóveda de arista.

ESTANCIAS:
Las estancias principales de las viviendas eran:
El zaguán, por lo general, cuadrado. En las paredes se hacían algunos huecos donde se colocaban los cántaros y tinajas para almacenar el agua, a otros huecos se les colocaba a veces unas cristaleras y servían de alacenas, bien para guardar enseres o loza decorativa, estas podían ser de uno, dos y hasta tres cuerpos. En ocasiones cuando la casa no disponía de pozo se colocaba el llamado “baño”, el cual hacía de depósito de agua para la limpieza. Como pieza de dormir, tenemos la alcoba o cuarto, situado en el interior y sin ventilación a la exterior, tan sólo la luz y aire que recibe de la calle a través del zaguán. Como lugar de estar o “respeto” por ser destinada a recibir las visitas y en ocasiones como dormitorio, tenemos la sala, casi siempre con ventana al exterior. El pasillo recorre el espacio entre el zaguán y el corral, además hace de comunicador entre los moradores y la actividad laboral. La bodega, que siendo anexo de la cocina no se sitúa junta a ella, está ubicada en la planta baja, normalmente la encontramos en el pasillo y sin ventilación exterior. En su interior se guardaba la chacina, el aceite, el vino y otros alimentos que tenían que estar en lugar fresco y seco, sobre todo en verano. Para la obtención de aceite algunas casas tenían lagareta, de forma cuadrada, alargada o redondeada y dispuesta sobre la roca madre o de obra. El corral no puede faltar como elemento imprescindible en una sociedad rural, ya que sus moradores serían poseedores de animales de labor y de sustento. Las medidas del mismo varían según el espacio, ya que albergaba la cuadra, zahúrda, pajar, pozo, portales y podía o no tener “puerta falsa”, en el caso de tenerla, las bestias no tenían que entrar a través del zaguán. El corral además cumplía la función de servicio sanitario. 
La cuadra podía estar dentro del “cuerpo de casa” o en el corral. La entrada a la misma se hace desde la casa a través del zaguán y el pasillo o a través de la puerta falsa. Alargada y no muy ancha, con pesebres embutidos en el muro. El agua necesaria para los quehaceres diarios de limpieza y abastecimiento animal procedía del pozo, elemento necesario pero no imprescindible, ya que muchas casas no disponían del mismo. Se localizaba en el corral, en el patio o en el zaguán, procediendo el líquido preciado de manantiales o de lluvia, más conocido como de “canalones”. De uso polivalente estaba la cocina-hogar, de proporción similar al zaguán ya que se sitúa justo encina de éste, es el centro de reunión donde transcurre la mayor parte de la vida cotidiana del núcleo familiar, destinada a la manipulación, preparación y consumición de alimentos. Disponía de una gran chimenea de campana, la misma al ser grande albergaba a toda la familia, evacuaba los humos y servía de secadero de ciertas piezas de la matanza. Los llamados cuartos situados al lado de la cocina, éstos tenían la función de dormitorios, salas o de desahogo, normalmente con ventilación al exterior. Las trojes, lugar amplio y dividido en varias porciones con separación de unas “paredillas” y divididas entre si, en las mismas se almacenaba la cebada, el trigo, el centeno y las legumbres obtenidas en la cosecha. Estaban situadas en la parte trasera de la planta alta, para aislarlas de la humedad. En unos de los laterales del corral se disponía la zahúrda o “zajurda” de proporciones pequeñas, dividida en dos partes, una tapada para resguardo y otra descubierta, se colocaba una pila donde se le echaba agua y el pienso a los cerdos. Durante el invierno los animales se alimentaban con la paja obtenida en la cosecha, la misma se almacenaba en el pajar, a él se accedía por unas escaleras desde el corral.
Cuadra.

Zaguán.

Otro zaguán.
Trojes.


BIBLIOGRAFÍA:

- RUBIO MASA, J.C.: Arquitectura Popular Extremeña. Extremadura, 1985.

-DE LA CRUZ SOLIS, A.: Historia de la Arquitectura en Extremadura.  Sevilla, 1998.

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